Arte en hospitales: más allá de la decoración
El arte siempre ha tenido un papel esencial en la vida humana. Nos emociona, nos conecta, nos transforma. Pero en los últimos años, está cobrando un protagonismo renovado en un espacio donde pocas veces se le ha dado voz: el hospital.
En este Día Mundial del Arte, queremos reflexionar sobre su impacto en entornos sanitarios. Porque el arte no solo embellece los pasillos: también puede sanar.
Durante décadas, el diseño hospitalario se centró casi exclusivamente en lo funcional. Pasillos largos, luces frías, paredes blancas. Un ambiente que, sin querer, acentuaba la ansiedad de los pacientes y el desgaste del personal.
Hoy, muchos centros sanitarios están replanteando esa idea. Y es ahí donde el arte entra en escena: no como decoración, sino como herramienta terapéutica.
¿Cómo ayuda el arte en un entorno hospitalario?
Diversos estudios han demostrado que el arte puede influir positivamente en el estado físico y emocional de pacientes, familiares y personal sanitario. Algunas de las formas en que se aplica son:
- Murales y pinturas que transmiten calma, color y conexión.
- Música en directo o ambientes sonoros que reducen el estrés.
- Exposiciones temporales que estimulan la curiosidad y rompen la monotonía.
- Talleres de expresión artística para pacientes con enfermedades crónicas o en cuidados paliativos.
- Proyectos de arte participativo, donde los pacientes dejan su huella (literalmente) en el centro.
Casos reales: cuando el arte transforma espacios (y personas)
- En el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), los murales de arte urbano en zonas pediátricas reducen el miedo de los más pequeños al entrar a quirófano.
- En el Royal London Hospital, la integración de obras artísticas en áreas comunes ha mejorado los niveles de satisfacción de los pacientes.
- En múltiples unidades de cuidados paliativos, la arteterapia ya se utiliza como parte del enfoque integral al final de la vida.
¿Y para los profesionales sanitarios?
El arte también cuida a quienes cuidan. Espacios agradables, coloridos o inspiradores reducen el estrés laboral, la fatiga por compasión y el burnout. Además, participar en actividades creativas fuera del horario puede ser una vía de autocuidado muy potente.
No sustituye a un tratamiento, pero acompaña, alivia, acoge. Y en muchas ocasiones, eso es justo lo que se necesita.
Este 15 de abril, te animamos a mirar el arte como una herramienta más en la mochila de cualquier profesional sanitario. Porque a veces, una pared pintada con sensibilidad puede hacer más por la salud emocional que mil palabras.
Muchos dicen que no hay mejor arte que el conocimiento. Y eso es algo que nosotros sabemos muy bien, pues al final, la profesión de los sanitarios es el arte de cuidar y para ello debemos hacerlo con la mejor preparación y formación posible. Así que, hoy, regálate arte, ¡regálate la mejor formación!