Monitoreo continuo de glucosa: guía práctica clínica diaria
El monitoreo continuo de glucosa (MCG) ha pasado en pocos años de ser una tecnología de nicho para unos pocos pacientes con diabetes tipo 1 a convertirse en una herramienta central en las guías internacionales para el manejo de la diabetes tipo 1 y, cada vez más, tipo 2. Las últimas actualizaciones de los Standards of Care de la ADA 2024–2025 recomiendan su uso de forma rutinaria en personas con DM1 y en pacientes con DM2 tratados con insulina, incluso con esquemas basales sencillos.
Más allá del entusiasmo tecnológico, es clave entender qué aporta realmente el MCG, en qué perfiles de pacientes tiene más sentido, cómo interpretar sus métricas y qué barreras existen en la práctica real.
¿Qué es exactamente el monitoreo continuo de glucosa?
Los sistemas de MCG constan de:
- Sensor subcutáneo que mide glucosa en líquido intersticial cada 1–5 minutos.
- Transmisor que envía los datos (vía Bluetooth) a un receptor, bomba de insulina o smartphone.
- Plataforma digital que permite visualizar las curvas de glucosa, tendencias y métricas resumidas (AGP, TIR, etc.).
Podemos distinguir dos grandes tipos:
- MCG en tiempo real (rtCGM)
Muestra la glucosa de forma continua, con flechas de tendencia y alarmas configurables (hipo/hiper, velocidad de cambio). - MCG intermitente o “flash” (isCGM)
El sensor registra continuamente, pero el usuario debe escanear para ver los datos. Algunos modelos recientes ya incorporan alarmas.
¿Por qué está ganando tanto peso en las guías?
Los estudios y metaanálisis más recientes en DM1 y DM2 muestran beneficios consistentes frente a la glucemia capilar convencional (SMBG):
- Reducción de HbA1c (en torno a 0,3–0,8 puntos, según poblaciones y diseños).
- Aumento del tiempo en rango (TIR 70–180 mg/dl) y reducción del tiempo en hiperglucemia e hipoglucemia.
- Menos hipoglucemias graves y nocturnas, especialmente en DM1 y en personas con hipoglucemia inadvertida.
- Mejora de la variabilidad glucémica (CV, desviación estándar), un objetivo emergente vinculado a complicaciones micro y macrovasculares.
- Mejor calidad de vida y satisfacción con el tratamiento en muchos estudios, al reducir pinchazos y facilitar la toma de decisiones en tiempo real.
Por todo ello, el MCG se considera ya estándar de cuidado en DM1 y se recomienda cada vez antes tras el diagnóstico. En DM2, la evidencia lleva a ampliar su uso a personas tratadas con cualquier pauta de insulina, e incluso se estudia su papel en pacientes sin insulina pero con mal control o alto riesgo.
Métricas clave: más allá de la HbA1c
El monitoreo continuo de glucosa ha obligado a ampliar el lenguaje clásico centrado en la HbA1c. Las guías ADA/EASD y el consenso internacional sobre interpretación de MCG proponen objetivos estandarizados.
1. Tiempo en rango (TIR)
- Definición: % de lecturas entre 70–180 mg/dl (3,9–10,0 mmol/L).
- Objetivo general en adultos con DM1 y DM2:
- ≥70 % del tiempo en rango (equivale aproximadamente a una HbA1c ~7 %, siempre con matices).
- ≥70 % del tiempo en rango (equivale aproximadamente a una HbA1c ~7 %, siempre con matices).
- En poblaciones frágiles o ancianos, se acepta un TIR menor a cambio de más seguridad (menos hipoglucemia).
2. Tiempo por debajo del rango (TBR)
- TBR <70 mg/dl: idealmente <4 % del tiempo.
- TBR <54 mg/dl: objetivo <1 % del tiempo.
Reducir TBR es prioritario en pacientes con antecedentes de hipoglucemia grave, hipoglucemia inadvertida, embarazo o comorbilidades cardiovasculares.
3. Tiempo por encima del rango (TAR)
- TAR >180 mg/dl: objetivo <25 %.
- TAR >250 mg/dl: idealmente <5 %.
Es la métrica que mejor refleja el impacto de la terapia sobre la hiperglucemia crónica.
4. Variabilidad glucémica
- Usualmente expresada como coeficiente de variación (CV).
- Objetivo: CV ≤36 %; por encima aumenta claramente el riesgo de hipoglucemia.
5. GMI (Glucose Management Indicator)
- Estimación de la HbA1c a partir de la glucosa media del MCG.
- Útil para detectar discrepancias (por ejemplo, anemia, hemoglobinopatías, cambios recientes que aún no se reflejan en HbA1c).
Interpretar un informe de MCG en la consulta: enfoque práctico
La mayoría de plataformas ofrecen un informe tipo AGP (Ambulatory Glucose Profile). Un enfoque rápido en consulta podría seguir estos pasos:
- Comprobar calidad de datos
- Días analizados (ideal ≥14 días).
- Porcentaje de lecturas válidas (≥70 % recomendado).
- Días analizados (ideal ≥14 días).
- Revisar de un vistazo TIR, TBR, TAR y CV
- Identificar si el problema principal es hiperglucemia, hipoglucemia o variabilidad.
- Identificar si el problema principal es hiperglucemia, hipoglucemia o variabilidad.
- Analizar el “perfil diario” (percentiles)
- Detección de patrones:
- Hipoglucemias nocturnas → posible ajuste de basal.
- Picos postprandiales → revisar pauta prandial, conteo de HC, tipo de hidrato, etc.
- Hipoglucemias nocturnas → posible ajuste de basal.
- Detección de patrones:
- Correlacionar con el tratamiento y el estilo de vida
- Insulina basal/bolo, cambios recientes de fármacos orales/incretínicos.
- Horarios de comidas, ejercicio, turnos de trabajo.
- Insulina basal/bolo, cambios recientes de fármacos orales/incretínicos.
- Definir 1–2 objetivos concretos para el paciente hasta la próxima revisión
- Ej.: reducir TBR <70 al 3 % ajustando la basal nocturna y plan de cena; o aumentar TIR al 65 % optimizando bolos en el desayuno.
- Ej.: reducir TBR <70 al 3 % ajustando la basal nocturna y plan de cena; o aumentar TIR al 65 % optimizando bolos en el desayuno.
¿En qué pacientes es especialmente útil?
1. Diabetes tipo 1
- Pacientes con hipoglucemias frecuentes o inadvertidas.
- Usuarios de bombas de insulina y sistemas de asa cerrada o híbrida (AID).
- Recién diagnosticados, para educación intensiva y ajuste precoz.
2. Diabetes tipo 2
Según metaanálisis recientes y revisiones “umbrella”, el monitoreo continuo de glucosa en DM2:
- Reduce HbA1c de forma significativa vs. SMBG o cuidado habitual.
- Aumenta TIR y reduce tiempo en hiperglucemia sin aumentar hipoglucemia grave.
Las guías recomiendan especialmente el MCG en:
- Pacientes con cualquier esquema de insulina (basal, múltiples dosis, bomba).
- Personas con mal control pese a intensificación farmacológica.
- Pacientes con riesgo de hipoglucemia (ancianos, ERC, comorbilidades CV).
- Períodos de cambio terapéutico o de alta vulnerabilidad (post-evento CV, embarazo, etc., siempre según guías específicas).
Recomendaciones prácticas para profesionales sanitarios
1. Seleccionar bien al candidato
- Confirmar que el paciente entiende los básicos de su tratamiento.
- Valorar motivación, capacidad para usar apps y disponibilidad de soporte familiar si es necesario.
- Ajustar expectativas: no es un dispositivo “mágico”, sino una herramienta para tomar mejores decisiones.
2. Establecer objetivos claros antes de iniciar
- Acuerdo explícito sobre metas:
- Ej.: “Subir el TIR del 55 % al 65 % en 3 meses” o “reducir TBR nocturno por debajo del 2 %”.
- Ej.: “Subir el TIR del 55 % al 65 % en 3 meses” o “reducir TBR nocturno por debajo del 2 %”.
- Definir cuándo y cómo revisaremos los datos (consulta presencial, telemedicina).
3. Formación inicial estructurada
- Cómo interpretar las flechas de tendencia.
- Qué hacer ante alarmas de hipo/hiper.
- Relación entre glucosa capilar y lectura del sensor (retraso fisiológico intersticial).
- Cuándo seguir haciendo capilares (por ejemplo, en síntomas de hipo con lectura aparentemente normal).
4. Rutina de revisión de datos
- Uso sistemático del AGP en cada visita.
- Involucrar a enfermería y educación diabetológica para pre-analizar informes.
- Generar plantillas internas para documentar TIR/TBR/TAR y decisiones terapéuticas en la historia clínica.
5. Coordinar niveles asistenciales
- Protocolo compartido entre atención primaria y endocrinología para:
- Criterios de indicación.
- Ajustes de medicación basados en MCG.
- Derivación cuando se detectan patrones complejos o hipoglucemia de alto riesgo.
- Criterios de indicación.
Hacia un modelo de atención centrado en datos y en la persona
La expansión del monitoreo continuo de glucosa encaja de lleno en el paradigma de medicina digital y atención personalizada:
- Facilita que el propio paciente participe en la toma de decisiones, con información inmediata y comprensible.
- Permite un manejo más proactivo: ajustes precoces, prevención de hipo e hiper prolongadas.
- Genera datos que, bien interpretados, pueden mejorar no sólo el control individual, sino también la planificación de recursos y programas educativos a nivel poblacional.
Las guías ADA y EASD coinciden en que la tecnología, por sí sola, no mejora resultados: es la combinación de tecnología + educación + cambio organizativo lo que realmente impacta en la calidad de vida y en las complicaciones a largo plazo.
Conclusión
El monitoreo continuo de glucosa se ha consolidado como una herramienta clave en el manejo de la diabetes:
- Ofrece una visión dinámica y detallada del control glucémico.
- Mejora TIR, reduce hipoglucemia y ayuda a personalizar el tratamiento en DM1 y DM2.
- Requiere, sin embargo, formación específica del paciente y del equipo sanitario, así como cambios en la organización de la atención.
Para los profesionales sanitarios, el reto no es solo prescribir MCG, sino integrarlo inteligentemente en la práctica clínica diaria, convirtiendo los datos en decisiones terapéuticas concretas y en educación significativa para cada persona con diabetes. Ante esto, la buena formación es clave. El Curso CFC Atención Integral al Paciente con Diabetes Mellitus puede ayudarte a poder atender a estos pacientes con mayor calidad.


