Soporte Vital Avanzado: claves actualizadas para salvar vidas
El soporte vital avanzado (SVA) es el eslabón que se suma a una RCP básica de calidad cuando un paciente entra en parada cardiorrespiratoria. No se trata de “hacer cosas avanzadas por hacerlas”, sino de construir escalón a escalón sobre una buena RCP básica: primero compresiones eficaces, después ventilación adecuada, y luego fármacos, dispositivos y diagnóstico de la causa. Las nuevas Guías de Reanimación Cardiopulmonar 2025 por la ERC y la AHA han presentado nuevos aspectos que debes saber para poder atender mucho mejor.
¿Qué es el soporte vital avanzado?
El soporte vital avanzado engloba todas las actuaciones que se añaden a la RCP básica para mejorar las posibilidades de retorno de la circulación espontánea (ROSC) y de supervivencia neurológicamente intacta:
- Monitorización y desfibrilación con equipos avanzados.
- Manejo avanzado de la vía aérea (dispositivos supraglóticos, intubación).
- Administración de fármacos (adrenalina, amiodarona…).
- Accesos venosos o intraóseos.
- Búsqueda y tratamiento de causas reversibles.
- Manejo postparada una vez recuperado el pulso.
Pero hay una idea que no podemos olvidar: sin RCP básica de calidad, el soporte vital avanzado llega tarde o no sirve.
Empezar el soporte vital avanzado cuanto antes
Uno de los mensajes centrales de las guías es claro:
Cuanto antes se inicie el soporte vital avanzado, mejor.
Eso sí, respetando la secuencia lógica:
- Comprobación de respuesta y respiración.
- Inicio de compresiones torácicas de alta calidad.
- Conexión del desfibrilador y evaluación del ritmo.
- Añadir progresivamente las intervenciones avanzadas (vía aérea, fármacos, accesos).
Dentro del hospital, el objetivo es que la desfibrilación se realice en menos de 3 minutos desde que se identifica la parada. Esto implica una cultura de RCP global: todo el personal (celadores, administrativos, enfermería, facultativos…) debe saber dónde está el carro de paradas y los desfibriladores y cómo activarlos.
La base de todo: compresiones de alta calidad
La ventilación solo será realmente efectiva si las compresiones torácicas son:
- Profundas (5–6 cm en adulto).
- A un ritmo de 100–120/min.
- Con mínima interrupción.
- Permitiendo la reexpansión completa del tórax.
Las guías subrayan que ningún dispositivo avanzado compensa una RCP de mala calidad. Incluso cuando se usan compresores torácicos mecánicos, se recalca que:
- No se ha demostrado que sean superiores al masaje manual en términos de supervivencia.
- Se recomiendan sobre todo para traslados prolongados o cuando el equipo es pequeño y se necesitan manos libres para otras tareas.
En resumen: si hay suficientes reanimadores formados, el masaje manual sigue siendo la primera opción.
Colocación de parches y cambio de vector
Un detalle práctico que muchas veces se olvida:
Tras tres descargas sin éxito, se recomienda cambiar la posición de los parches a antero–posterior. Es decir:
- Un parche en la parte anterior del tórax.
- El otro en la región posterior (entre escápulas).
El objetivo es cambiar el vector de la corriente para intentar una desfibrilación más efectiva cuando el posicionamiento inicial no ha sido suficiente.
Capnografía: un monitor clave en la reanimación
Las guías actuales dan un enorme protagonismo a la capnografía (EtCO₂):
- Confirma la correcta colocación del tubo endotraqueal.
- Permite monitorizar la calidad de las compresiones torácicas: valores muy bajos de EtCO₂ pueden indicar compresiones poco eficaces.
- Ayuda a detectar el retorno de circulación espontánea, ya que el EtCO₂ suele aumentar de forma brusca cuando el corazón vuelve a bombear.
Por eso se insiste en utilizar capnografía siempre que esté disponible durante el soporte vital avanzado.
Todas estas y muchas novedades son las que las nuevas Guías de Reanimación Cardiopulmonar 2025 por la ERC y la AHA han presentado en su actual edición. Si quieres resolver algunas de las dudas que puedan darse ante estas novedades, aquí podrás adquirir de manera gratuito nuestro webinar donde Joan Llombart las explica en profundidad.


